En comunicación dirigida a la Fiscalía General de la Nación, Seccional Tolima, la veeduría VAPI, pide que se investiguen posibles fallas en la construcción de dos puentes vehiculares, el primero, que comunica al municipio de Coello con San Luis y el segundo, ubicado sobre el rio Combeima sector El Totumo.

Las denuncias de la veeduría VAPI, se centran en posibles sobrecostos y en fallas  estructurales. Sobre el puente de Coello, dice que “en las seis vigas metálicas (IPEs) que soportan el tablero de este puente, estas se encuentran torcidas, alabeadas, se observan ondulaciones en toda su longitud; estas falencias han venido incrementándose con el tiempo”.

Agrega la denuncia de Vapi que acceso al puente es a través del casco urbano del corregimiento de Gualanday, “sus calles son extremadamente angostas, además de presentar un estado deplorable, presentan unos giros adecuados únicamente para automóviles y más aún, las vibraciones generadas por el tránsito de las volquetas, han venido ocasionando fisuramientos en las casas contiguas a estas vías”.

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Explica, además, que “Este puente vehicular no presenta ninguna relación Costo-Beneficio o este es francamente deplorable, no tiene justificación alguna para haber sido ejecutado, en un lapso de cinco horas continuas (8:00 a.m. – 1:00 p.m.), solamente transitaron seis volquetas y cuatro automóviles, los cuales iban con destino a las oficinas de la bocatoma del Distrito de Riego Usocoello”.

Ante esto, la veeduría se pregunta. “¿Será que esta obra de infraestructura, la cual tuvo un costo superior a los $11 mil millones de pesos, incluido el costo de la Interventoría, solamente tuvo como único fin, valorizar las tierras existentes al otro lado del río, pues estos terrenos quedaron a cinco minutos de la autopista”.

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Puente río Combeima

Sobre el puente del rio Combeima sector El Totumo, que tuvo un costo superior a los $6.000 millones, Vapi señala en su carta a la Fiscalía que esta obra tuvo sobrecostos, lo mismo que innumerables errores de construcción, y también pide que se indague sobre el proceso licitatorio, “el cual supuestamente estaba amañado para favorecer al ingeniero contratista, a quien se le adjudico este proyecto”, dice Vapi.

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Entre las posibles irregularidades, Vapi enumera entre otras, cambio en la forma de pago del contrato, pues se ejecutó el 83% del contrato en tan solo 30 días. Las cantidades de obra pagadas, fueron exactamente iguales a las consignadas en el presupuesto oficial. Precios unitarios gigantescos. Pliegos tipo chaleco.

Los dos contratos corresponden a los 2017 y 2019. Y el ingeniero contratista mayoritario es Luis Ricardo Ortigoza. Como contratantes en las dos construcciones, obraron Diana Esperanza Cifuentes Quintero y Andrés Fabián Hurtado en calidad de secretarios en ese momento de Infraestructura e la Gobernación del Tolima